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COLUMNISTAS


Embarazos políticos

Vladimir de la Cruz [email protected] | Miércoles 23 febrero, 2022


Desde que pasaron las elecciones del 6 de febrero, y quedó la elección final para el 3 de abril, entre José María Figueres y Rodrigo Chaves, se han empezado a mover las aguas hacia la campaña electoral nacional del 2026. Eso siempre ha sido así.

Al terminar una campaña electoral prácticamente se producen embarazos políticos en el interior de los partidos, tanto de los que llegaron a la final como los que quedaron desplazados. Así, ya se producen movimientos políticos, y situaciones políticas que conducen a ese nuevo escenario. Ya se oyen comentarios y posiciones en esa dirección.

Con la definición de la Presidencial el próximo 3 de abril, quedará más claro ese panorama. Si gana José María Figueres es claro que no podría aspirar a una nueva campaña electoral en el 2026, porque la reelección está prohibida. Si pierde habrá quienes sostendrán su posible candidatura. El problema de José María Figueres es una nueva posible candidatura en el 2026 lo obligaría a estar más en Costa Rica que en el extranjero. Los liderazgos nacionales se hacen en Costa Rica, por más importancia que se tenga internacionalmente.

Pareciera que en Liberación Nacional hay fuerzas y grupos interesados en que Liberación, y Figueres, no ganen la segunda vuelta, lo que es un grave error político. Una derrota de Figueres y de Liberación, en este momento, puede ser también un descalabro político interno, y externo, para ese partido más allá de los intereses que algunos ya están presentando con ánimo de las elecciones del 2026.

En el Partido Liberación Nacional, antes de que se produzca la elección del 3 de abril, en el interior del Partido ya se mueve Antonio Alvarez Desanti con reuniones muy especiales con miembros de la Asamblea Nacional amarrando, desde ahora, su liderazgo hacia la presidencial del 2026. Pensé, y así me lo habían dicho, que iba a acuerpar a su hija, la diputada electa, Andrea Alvarez Marín, para forjarle una carrera política con posibilidad también de que ella pudiera aspirar a esa candidatura presidencial, sujeta a su labor legislativa, lo que parece que ya no va en esa dirección, puesto que es Antonio el que ya fijó su aspiración, viendo el resultado positivo que hasta ahora ha tenido Liberación Nacional.

Hay quienes están pensando que una muy buena candidata presidencial en el 2026 podría ser la actual Presidencia de la Asamblea Legislativa, Silvia Hernández, quien de ganar Figueres podría ocupar puesto en el Consejo de Gobierno, como Ministra, lo que le permitiría fortalecer esa posible candidatura.

Rodrigo Arias Sánchez, que será un diputado estrella, el más importante de la fracción liberacionista electa, y de los más importantes de la próxima Asamblea Legislativa, no será candidato a la presidencia en el 2026, no solo por razones de edad para ese momento, rondando los 80 años, sino también porque ya intentó en Liberación esa candidatura de la cual se retiró. En otra ocasión había sido diputado, curul que dejó sin ejercicio, lo que sería altamente inconveniente para Liberación Nacional si esto volviera ocurrir en este momento, porque en caso de ganar Figueres se les ocurriera que debería ir al Ministerio de la Presidencia, que ya ha ocupado en dos ocasiones.

Rodrigo Arias no está para ser Jefe de la Fracción de diputados de Liberación, pero podría serlo. Su situación en la Asamblea lo coloca, como ninguno de los otros diputados electos, para ser el Presidente del Poder Legislativo. Su experiencia como Ministro de la Presidencia es más importante en la Asamblea Legislativa, para las negociaciones políticas parlamentarias, y por la posibilidad de ser Presidente Legislativo en las cuatro legislaturas, en caso de que Figueres gane la Presidencia de la República, lo que puede ser más importante para Liberación Nacional, para el gobierno de Figueres y para él mismo, emulando a Francisco Antonio Pacheco el único diputado que ha llegado a ser Presidente Legislativo de cuatro legislaturas (2006-2010).

En el caso de que Figueres pierda la elección del 3 de abril, lo que es una posibilidad, no se ve todavía intención alguna de José María de volver a aspirar a la Presidencia en el 2026. Tampoco podría estarlo diciendo, o insinuando ahora, porque sería debilitar su actual campaña, y presentarse en este momento como perdedor.

Pero, una derrota de Figueres sí provocaría un reajuste de las fuerzas internas en Liberación Nacional. Figueres en la primera ronda electoral ya se levantó como un líder político en Liberación Nacional. El 27% de apoyo electoral que obtuvo levantó también la fuerza de este partido, que tiene que demostrarla y afirmarla en esta segunda vuelta, lo que no es fácil, por la forma cómo lo está enfrentando Rodrigo Chaves, siendo una dura tarea política, porque tiene que convertirse Figueres y Liberación Nacional, en la necesidad inmediata posible de los electores de los otros partidos políticos que no clasificaron para disputar la Presidencia nacional.

El Partido Liberación Nacional, como la Unidad Social Cristiana tienen que hacer una reingeniería organizativa interna, dándole el poder y el señorío político a la Asamblea Nacional, como lo tenían en el pasado, cuando estos partidos tenían reales líderes políticos nacionales. Actualmente estos partidos han sido copados, en sus Asambleas Nacionales, por dirigentes cantonales, de menor cuantía, y algunos sin cuantía alguna, en correspondencia también a la ausencia de dirigentes nacionales partidarios, que no los tienen con presencia pública, como era usual en estos partidos. Algunos de los que aparecen como sus principales líderes, que no han sido candidatos directos en esta campaña, son en la práctica retratos pegados en las paredes de sus partidos.

En el Partido Progreso Social Democrático el escenario inmediato es el siguiente. Si Rodrigo Chaves gana no puede aspirar en el 2026 a la reelección porque está prohibida. Alrededor suyo no hay una sola persona de las electas, ni sus vicepresidencias ni sus diputados, con posibilidad de desarrollarse como grandes líderes políticos que pudieran levantar la candidatura del 2026. Los vicepresidentes de la República tienen un espacio muy reducido de proyección política. Políticamente son bastante desconocidos. De hecho solo tienen la función de sustituir al Presidente en caso de su ausencia. Eventualmente el de asumir un Ministerio y desde allí proyectar alguna imagen nacional, dependiendo el Ministerio a cargo.

Si Rodrigo Chaves no gana se mantendrá, por el resultado que ha tenido, como candidato a la Presidencia para el 2026. En este sentido se ligará a la fracción de sus diputados como Asesor parlamentario, con salario incluido, para poder tener presencia en todos los órdenes, que los asesores tienen, en el engranaje legislativo, como es acompañar diputados a las sesiones de las comisiones, como a la sesión del plenario legislativo, en las que algunos asesores pueden estar cerca de sus diputados, con lo que tendría una gran capacidad de proyección, de relaciones parlamentarias y de proyección política por el vínculo que tendría diariamente con todos los periodistas que cubren el trabajo de los diputados. El haber llegado a la final de este proceso electoral lo coloca como el líder natural de ese partido hacia el 2026. Ninguno de los diputados electos, por ahora, tiene esa posibilidad de destacarse, por su trabajo legislativo, como un posible candidato presidencial en el 2026.

La única en ese sentido sería la diputada Pilar Cisneros Gallo, que no puede ser candidata a la Presidencia por ser nacida en Perú, de padre y madre peruanos. No es costarricense por nacimiento ni por sangre, lo que es obligatorio para ser candidato presidencial en Costa Rica. Tampoco podría aspirar a ser Presidente del Poder Legislativo por la misma razón anterior. Le encantará estar en la pasarela política de cualquier manera. Será una diputada que se estará haciendo oír, bulliciosa, fabricante de noticias, como lo está haciendo en esta parte de la campaña, para estar presente en el escenario público y político.

En caso de pérdida presidencial el 3 de abril este Partido queda embazado de Rodrigo Chaves para la campaña electoral del 2026. Lo que Rodrigo Chaves tendrá como gran reto es hacer de su Partido una organización permanente, pública, de formación de dirigentes locales cantonales, para presentarse a las elecciones municipales del 2024 con la misma fuerza que ha tenido en esta elección nacional. Debe procurar también que no se le fraccione el partido ni sus diputados.

El Partido Acción Ciudadana a pesar de haber ganado dos elecciones nacionales, en la Asamblea Legislativa siempre tuvo fraccionamientos, y en las elecciones municipales le iba muy mal, porque no desarrollaron esa organización territorial, lo que sí hicieron Liberación Nacional y en cierta forma la Unidad Social Cristiana. La izquierda costarricense lo hacía antes de 1990 cuando también tenía proyección con organizaciones sociales, especialmente de sindicatos urbanos y campesinos.

Si Rodrigo Chaves quiere ir a la elección del 2026 tiene que desarrollar partido y participar en las elecciones municipales, donde Liberación Nacional tiene la mayoría de las municipalidades, 49 de 83.

La llegada de Natalia Díaz, que fue candidata del Partido Unidos Podemos, al partido de Rodrigo Chaves fue un acierto, de ganar ganar, de Rodrigo y Natalia. Rodrigo Chaves ganó frescura en su presentación pública de la segunda ronda, le añadió una mujer joven, atractiva, desenvuelta, agradable, inteligente, con experiencia política, a la que ha presentado como la encargada de la transición de gobierno, dando la imagen de que ya ganaron y de que Natalia esté en las conversaciones de la asunción gobierno, presentándola además como parte de su Consejo de Gobierno, casi como la próxima Ministra de la Presidencia. Natalia ganó importante presencia política. Natalia obviamente aquí posterga sus aspiraciones presidenciales si pierde Rodrigo la segunda vuelta, acompañándolo en la campaña del 2026 tal vez como candidata a una Vicepresidencia, o de nuevo a la diputación. Si Rodrigo ganare esta segunda ronda, más allá de cualquier puesto que pueda tener Natalia en el Gobierno, este partido quedaría embarazado con la posible candidatura presidencial de Natalia para el 2026 por el Partido Progreso Social Democrático.

El Partido Nueva República, que postuló a Fabricio Alvarado, ya está embarazado hacia la campaña del 2026 con el mismo Fabricio que hará de su paso legislativo la construcción de su candidatura presidencial, mejorando su labor legislativa, comparada con la que ya tuvo, superándola en su trabajo interno con proyección pública, para convertirse en un líder nacional, desarrollando y construyendo partido. En esta campaña electoral él mejoró mucho su imagen política, presentándose como más maduro, más conocedor de los problemas nacionales. Aprendió Fabricio la importancia de tener un partido político monolítico y unido.

El Partido Liberal Progresista, que llevó a Eli Feinzag a la Asamblea Legislativa, dando una gran sorpresa política nacional, está embarazado con el mismo Eli para las elecciones del 2026, quien forjará su imagen presidencial desde la Asamblea Legislativa. Tiene formación, señorío, don de gentes, es de trato afable y buen modo, pero enérgico y firme en sus posiciones y convicciones. Debe asumir por los cuatro años la jefatura de la fracción de diputados de su partido para pulir mejor sus próxima candidatura.

La jefatura parlamentaria de un partido político no tiene por qué rotar cuando hay entre los diputados de un partido un posible candidato presidencial. Si no lo hay que rote la jefatura de fracción es bueno para desarrollar experiencias personales, políticas y parlamentarias en otros diputados. Rota también la jefatura cuando la fracción parlamentaria se compone de distintos sectores del partido político. Pero, si el candidato posible de un partido está en el Congreso ese debe ser el Jefe parlamentario por el tipo de trabajo, de relaciones y de negociaciones que se hacen, prácticamente a diario, y de vocero ante la prensa, lo que ayuda en la formación del líder político nacional y posible candidato presidencial.

En esta Asamblea Legislativa con los diputados Fabricio Alvarado y Eli Feinzag se está en un nuevo escenario político. Candidatos presidenciales que en esa condición fueron electos diputados, lo que hace que ellos, como las principales figuras políticas de sus partidos, lleguen a la Asamblea también como las principales figuras parlamentarias de sus partidos.

Hizo bien Fabricio de asumir la Jefatura de la fracción parlamentaria, la que debe mantener por los cuatro años, para hacer más sólida su presencia y liderazgo legislativo. Eli por su parte debe asumirla. Como líderes nacionales, que así se les considera por su condición de haber sido los candidatos presidenciales de sus partidos, les da más opción y proyección dentro del trabajo parlamentario para los acuerdos y negociaciones políticas con los partidos políticos y con el mismo gobierno. Esto antes se hacía con más fuerza con los líderes nacionales de los partidos. Se empezó a perder a partir de 1998. Pero, en este momento se pondrá a prueba la importancia de estas dobles candidaturas y para avanzar hacia un sistema parlamentario o semi parlamentario, o hasta para hacer obligatoria electoralmente las dobles candidaturas de quienes son candidatos presidenciales.

De los diputados electos de la Unidad Social Cristiana, con unos pocos que repiten su diputación, no hay a la vista entre ellos candidaturas presidenciales hacia el 2026 por ahora posibles. Me han dicho que el diputado actual Pedro Muñoz continuará aspirando, después de haber sido ampliamente derrotado en ese partido en la convención interna que tuvieron. El diputado actual Erwin Masis quien también participó en esa Convención con mejor resultado que Pedro Muñoz, sigue trabajando su próxima candidatura hacia el 2026. Por ahora deberían garantizar quedarse en el Congreso como Asesor Parlamentario.

No se ve todavía a Lineth Saborío manteniéndose como candidata de nuevo en las elecciones del 2026. Fue candidata ad hoc, solo para esta vez. La Unidad avanzó con dos diputados más de los que ya había electo en la segunda candidatura presidencial de Rodolfo Piza, pero redujo sustantivamente los votos presidenciales que el mismo Piza había obtenido, lo que evidencia el error que cometieron de no llevar a Rodolfo Piza a la tercera postulación, que seguramente le hubiera dado un mejor desempeño y resultado electoral. No hay bolita mágica en esto, pero la candidatura de Piza pudo haber significado, en la forma como se desenvolvió la campaña, que Rodolfo Piza hubiera sido el gran candidato enfrentando a José María Figueres, y no Rodrigo Chaves.

Por ahora La Unidad Social Cristiana tiene en proceso de gestación de candidato presidencial a Erwin Masis hacia el 2026. Deberían considerar el retorno de Rodolfo Piza. La participación tardía de él con el Partido Nuestro Pueblo no le dio ninguna presencia pública en estas elecciones, pero no lo ha acabado como posible líder político nacional de la Unidad Social Cristiana, salvo que él se retire del todo, si allí se le abriera el espacio sin mezquindad y sin envidia política, como lo hicieron en el 2021. Si Rodolfo Piza quiere mantenerse en la vida política fuera de la Unidad social Cristiana tiene que desarrollar el partido con el que participó en las elecciones, tratar de participar en las próximas elecciones municipales del 2024, tener presencia pública, que no le será difícil, y meterse más en la filosofía social cristiana reformista, dejando de lado la parte conservadora que lo ha envuelto.

Cuando se hace referencia al Dr. Calderón Guardia, como el gran líder reformista social cristiano que fue, su imagen responde al período de 1942-1944 y a la gestión del gobierno de Teodoro Picado, 1944-1948, cuando se aprobaron las Reformas Sociales y el Código de Trabajo y se pusieron a prueba, en alianza con la Iglesia y con el Partido Comunista. Las referencias posteriores, y trapos de dominguear, que sacan los de la Unidad Social Cristiana, de ese ideario y de la memoria del Dr. Calderón Guardia, son mensajes vacíos, sin contenidos reales de tipo reformista o social. Son trapos y telas deshilachadas del viejo partido Republicano de Calderón Guardia, si acaso los colores como quiso enarbolar el Dr. Rodolfo Hernández disputando tontamente con Lineth Saborío cuál partido era el verdadero social cristiano y cuál era el verdadero que heredaba las banderas sociales y reformistas de Calderón Guardia, como si fuera tan solo el color de la bandera.

Quien quiera ser candidato de la Unidad Social Cristiana debe meterse de cabeza a trabajar a todo nivel, desde las estructuras cantonales hasta la nacional desde ahora. Tienen que luchar por cambiar el papel de los delegados cantonales y provinciales a la Asamblea Nacional y hacer de la Asamblea Nacional el verdadero representante político del partido, y a su Dirección Nacional el verdadero con ductor político del Partido.

El partido Frente Amplio salió bien representado legislativamente. Seis diputados jóvenes, bien preparados profesionalmente, se harán sentir. Responden más unitariamente al Partido que lo que han sido los diputados del período 2010-2014, que eran internamente muy divididos y algunos cuestionados. Con esta representación el Frente Amplio ha tenido 5 representaciones parlamentarias, tres de ellas unipersonales y dos grupales, de 9 y 6 diputados respectivamente. Los actuales favorecidos en su elección por el alto abstencionismo que bajó el subcociente lo que facilitó su elección.

De los diputados electos posiblemente Sofía Guillén sea la que vaya a brillar en sus debates parlamentarios, porque ya ha venido haciendo su trocha en ese sentido, al calor de los apoyos sindicales que la han promovido, y de otros espacios académicos y de medios de comunicación, en el debate nacional de los temas económicos del país.

A José María Villalta no lo veo candidato presidencial en el 2026, porque le aplicarían la misma fórmula que él ya rechazó, de que solo podría ir de candidato a Presidente y no con una doble candidatura. De modo que probablemente en el 2026 Villalta repita su candidatura a diputado, por tercera vez, y dentro de los actuales diputados electos se forje la candidatura presidencial del Frente Amplio para el 2026. En perspectiva veo en ese pedestal a Sofía Guillén, a quien hay que ponerle atención.

De los 23 restantes candidatos presidenciales, y de los partidos que no eligieron diputados, se mantendrán como posibles candidatos presidenciales para las elecciones del 2026, Sergio Mena del Partido Nueva Generación, Walter Muñoz del Partido Integración Nacional, John Vega del Partido de los Trabajadores, Martin Chinchilla del Partido Pueblo Unido.

A ninguno de los restantes candidatos los veo jugando en las elecciones del 2026. No hay en ellos a la vista embarazos políticos para el 2026. Son óbitos políticos, prácticamente nacieron muertos, han sido muertes fetales, y en esos partidos deben hacerse rigurosas consultas profesionales para preconcepcionalmente se puedan atender los futuros embarazos políticos que quieran impulsar.



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