Hacia una Nueva Costa Rica, la del Bicentenario que inicia hoy
Vladimir de la Cruz [email protected] | Miércoles 15 septiembre, 2021
Hoy miércoles 15 de setiembre celebramos el Grito de Independencia, que en 1808, diera el maestro, educador, Ciudadano Pablo Alvarado Bonilla, cartaginés, estudiante de medicina en Guatemala, quien en ese momento vivía un ambiente de agitación, de ideas liberales, antimonárquicas, republicanas, que con conocimiento de la situación que vivía España de deposición del Rey y de dominio de Napoleón, se atrevió a manifestar la necesidad de la Independencia, motivo por el cual fue detenido y hecho preso. Convirtiéndose, según sus propias palabras en “el primero en toda la Monarquía española” que cayó “preso en las cárceles el 15 de setiembre de 1808 por la Libertad de América”.
Entre la Libertad y la cárcel se movió Pablo Alvarado los años siguientes hasta que el 15 de setiembre de 1821, en Guatemala, bajo la presión de los sucesos que se daban en el sur de México, con Agustín de Iturbide, y con el pronunciamiento de la Independencia de Chiapas, el 13 de setiembre de 1821, que era parte de la Capitanía General de Guatemala, anexándose a México, participó en las movilizaciones que exigieron en Guatemala, en la sede del Palacio de la Capitanes Generales, que se pronunciara la Independencia. Así bajo los ¡Vivas a la Independencia! se proclamó la Independencia absoluta de España, el 15 de setiembre de 1821, (Artículo primero del Acta de Independencia de Guatemala).
Declarada la Independencia, actuando como detonante, se comunicó al resto de las regiones de la Capitanía para que procedieran de conformidad a los intereses de cada región. El Salvador proclamó la Independencia el 21 se setiembre, Comayagua, Honduras, y Nicaragua lo hicieron el 28 de setiembre. Nicaragua, en ese momento con grandes reservas “hasta que se aclaren los nublados del día”. Las Actas de Guatemala y de Nicaragua llegaron a Costa Rica el 13 de octubre poniéndose en conocimiento y discusión de los pueblos, para que enviaran a Cartago delegados para que el 29 de octubre se pronunciaran, como efectivamente lo hicieron, en cuyo Primer Artículo, de esa Acta, se declara la absoluta Independencia de España.
Así tuvimos dos Actas, la del 15 de Setiembre de Guatemala, que produjo por su conocimiento el Acta del 29 de octubre de Cartago, ambas declarando la absoluta Independencia de España.
En 1823 la Asamblea Nacional Constituyente de las Provincias Unidas del Centro de América, el 1 de julio, se pronunció sobre la independencia y libertad de los pueblos y su gobierno, afirmando “la independencia del Gobierno Español como necesaria, y que las Provincias Unidas son libres e independientes de la antigua España, de Méjico y de cualquiera otra potencia así del antiguo, como del Nuevo Mundo”, constituyéndose las Provincias Unidas del Centro de América.
El 1 de setiembre de 1823 por Decreto del Supremo Poder de las Provincias Unidas del Centro de América se declaró que “deseando que la memoria del glorioso día 15 de setiembre en que el pueblo de esta capital (Guatemala) proclamó su independencia del gobierno español, se celebre con todas la demostraciones”, se dispone “decretar y decreta: 1.- que el día 15 de setiembre será feriado en esta capital (Guatemala)…Igualmente, en el punto 11 de este Decreto dispuso El Supremo Poder Ejecutivo, que “en todos los pueblos de las Provincias Unidas se celebre la Memoria del día en que cada una (de las Provincias) proclamó su Independencia del Gobierno Español”. Así desde ese 1 de setiembre de 1823 se dispuso que Costa Rica debía celebrar la fecha del 29 de octubre como la fecha nacional de la Declaración de Independencia.
Este 15 de setiembre y el próximo 29 de octubre estaremos celebrando los 200 años de la Declaración o Proclamación de la Independencia de Guatemala, de Centroamérica y de Costa Rica. Con esta celebración cerramos un período histórico de 200 años, que nos permite valorar la Costa Rica que tenemos hoy, la que se ha construido durante este tiempo, su sistema político, su Estado Social y Democrático de Derecho, su Estado de Derecho propiamente dicho, su régimen de libertades y Derechos, su sistema democrático de vida, sus tradiciones republicanas y civiles, la Costa Rica que todos vivimos hoy. Sin embargo, como país, nos hemos quedado cortos. No se ha hecho el balance de esta Costa Rica, no se ha hecho adecuadamente la valoración de la Costa Rica actual, en todas sus dimensiones, que nos permita ver sus luces como sus sombras, que nos permita ver sus alcances y sus actuales limitaciones, sus riquezas y sus pobrezas, que pesan como fardos y cadenas en esta celebración.
En el Gobierno llamado y autollamado del Bicentenario, por las fechas que le tocaba vivir, eso esperábamos, al menos yo, de que se hubiera hecho una gran reflexión nacional, con todos los sectores y actores sociales y político económicos, sobre la Costa Rica que hemos construido hasta ahora, lo que nos ha faltado construir y la que queremos desarrollar en los próximos años. Esto ha quedado pendiente.
El Gobierno actual para todos estos efectos ya está muerto. No tienen sus representantes nada que ofrecernos, de esta visión de futuro, no han hecho nada en esa dirección, no tienen nada en posibilidad de señalar hacia el futuro, hacia la Costa Rica que arranca con el Bicentenario, la que inicia a partir del 15 de setiembre, del 29 de octubre y del próximo 1 y 8 de mayo, cuando se instalen en la Asamblea Legislativa y el Gobierno las autoridades y los representantes populares que resulten electos el primer domingo de febrero o el primer domingo de abril.
Para todos los efectos es un Gobierno sin alma patriótica, sin sentimientos patrios. Su expresión más precisa de esta muerte de espíritu y de alma nacional es la determinación de cambiar las celebraciones de las fechas patrias del día que les toca por otro, desnaturalizándolas, devaluándolas, debilitándolas, despojándolas de sus raíces y significados.
Alguien puede imaginar que el Día de la Independencia de los Estados Unidos, el 4 de julio, el de la Revolución Francesa, el 14 de julio, el de la Independencia de Venezuela, el 5 de julio, o el 9 de julio, de la Independencia de Argentina o el 25 de mayo, Día de la Patria y de la Revolución de Mayo, en Argentina se celebre en otras fechas que no sean esas exactamente, el 4 de julio, el 14 de julio, el 5 y 9 de julio, o el 25 de mayo independientemente de en cuál día caigan esas fechas en el calendario.
Los diputados que igualmente han avalado y estado de acuerdo con estos cambios de celebración de fechas carecen de esa alma nacional y patriótica. Horchata en lugar de sangre nacional es lo que deben tener en sus venas y arterias, y babas les sobrarán para exaltar algunas ideas alusivas a la celebración de la fecha de Independencia en su Bicentenario.
Los comerciantes que han impulsado estos cambios en la celebración son lo menos costarricense que hay, no tienen ningún sentido de la Patria y de los Valores Patrios. Su único interés nacional son los intereses por acrecentar su capital con los cambios de estas fechas, es el dinero que pueden obtener por los cambios de estas celebraciones en ver y calcular cómo obtienen más dinero. En muchos casos se exhiben anunciando sus ofertas de productos como logros de la Independencia, y hasta de su celebración…celebre el Bicentenario comprando tal cosa… su oferta del Bicentenario es…celebre el bicentenario el fin de semana largo con el paquete vacacional… aproveche su producto… con la rebaja del Bicentenario…
Nuestros próceres tuvieron visión. Empezaron a caminar, con la Patria a cuestas, marcando los rumbos que hoy engalanan el buen nombre reconocido de Costa Rica, la educación, la salud, la defensa de la Soberanía y la Independencia, en la gran gesta de 1856 y 1857, “el progreso, el orden, la Libertad”, las consignas de los liberales del siglo XIX, el carácter democrático de nuestra sociedad, la paz, las libertades y derechos ciudadanos, las garantías sociales, la abolición del ejército, la defensa de la Democracia como sistema de vida, la igualdad jurídico política de la mujer, la defensa y fortalecimiento de los Derechos Humanos.
El proceso electoral que enfrentamos ojalá nos sirva para valorar que nos dirán los partidos políticos y sus candidatos presidenciales y candidatos a diputados sobre la Nueva Costa Rica, la del Bicentenario, la que arranca o surge a partir del 15 de setiembre y el 29 de octubre y del mismo proceso electoral en febrero próximo.
¿Cuáles proyectos de ley serán la prioridad para los diputados entrantes? ¿Cuáles serán, por los menos, los cinco primeros Proyectos de Ley que el nuevo Presidente pondrá en conocimiento de la Asamblea Legislativa cuando entre, el 8 de mayo, con sesiones legislativas extraordinarias, donde tiene la iniciativa de ley? ¿Cuáles serán, por lo menos, los primeros Decretos Ejecutivos del próximo Presidente? Estas preguntas son válidas para todos los candidatos. Esperemos que nos digan qué piensan de la Costa Rica de los próximos por lo menos 20 años. ¿Cómo piensan restaurar los garrotazos a los salarios, pensiones e ingresos de las personas, de los trabajadores y ciudadanos que se han aprobado en este Gobierno y su Asamblea Legislativa? ¿Cuáles serán sus principales políticas y acciones sociales en esta recuperación de salarios, a los que les han puesto techo y los han congelado por los próximo dos años? ¿Ante qué estamos, ante una reactivación económica o ante la reconstrucción necesaria del país en toda su dimensión? ¿Una Reforma o una Revolución, qué necesitamos?
(Artículo publicado en la columna Pizarrón del periódico La República, edición digital, la republica.net, el miércoles 15 de setiembre del 2021)
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