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Lunes, 16 de diciembre de 2024



COLUMNISTAS


Comunicar, comunicar, comunicar

Luis Mastroeni [email protected] | Viernes 13 diciembre, 2024


“No hay mejor defensa que un buen ataque”, la frase es del libro El arte de la guerra y se le puede aplicar perfectamente a las estrategias que deben usar las empresas para generar criterios positivos por parte de sus públicos de interés.

Me refiero con un buen ataque, al esfuerzo de las organizaciones por contar lo que están haciendo; por vencer los miedos que les impiden tener un diálogo franco en redes o en otros espacios.

Vencer el miedo a pedir disculpas, a aceptar que se equivocan o que tienen retos en áreas puntuales de su quehacer como empresa, es una obligación en nuestros días. Defenderse es más peligroso que dar un paso al frente y contar lo que sea necesario y que sabemos que los públicos quieren saber.

Ese paso al frente también debe darse para contar cosas positivas, situaciones que mejoren el bienestar de la sociedad o que logren un equilibrio en los ecosistemas.

Hay quienes siguen insistiendo en que hay que tener un perfil bajo. Esa es una técnica que puede salir cara, pues ante un perfil bajo la pregunta que se hacen algunos es: ¿tiene algo que esconder?, ¿qué es lo que no quiere que se sepa?

Manejar un discurso proactivo es la mejor herramienta en una sociedad cada día más cargada de información tergiversada y, en algunos casos, manipulada. Dar la espalda, no contestar o dejar vacíos informativos cuando se cuestionan ciertas acciones da paso a muchos comentarios y, lo peor, se va construyendo una percepción negativa, que luego se convierte en verdad, aunque sea mentira.

Hay que lograr una comunicación fluida, consistente, incesante; que logre posicionar los mensajes que la empresa desea que anden en boca de todos. Hay que llenar los vacíos que puedan existir y que la gente podría llenar con cualquier cosa.

Comunicar es estar presente. Comunicar es contar sobre el acontecer empresarial, es insistir en esa idea, en ese proyecto, en esa forma diferente de hacer empresa, para ser reconocidos y que nos tengan confianza.

El barómetro de confianza de Edelman, en los últimos años ha sido contundente: las personas les tienen más confianza a las empresas por encima de cualquier otra institución. ¿Por qué no aprovechar este momento para seguir insistiendo en la confianza, en la mejora reputacional, en la aceptación, aún mayor, de quienes están al frente de la empresa?

Y eso me lleva al siguiente punto del buen ataque. Es hora de que las personas que lideran las empresas hablen más, usen sus redes sociales, participen en organizaciones gremiales, levanten su voz. El público sabe que quienes están al frente de las empresas como CEOs o como ejecutivos en algún área son, probablemente, los más calificados para el puesto.

Lo que no saben es su posición frente a los temas trascendentales del desarrollo sostenible, no conocen sus valores, sus pensamientos con respecto a los temas que están ligados a su vida diaria. Hoy en día eso es importante y la gente quiere saberlo, quiere entender quiénes están detrás de las marcas que compran y en las que confían.

Lo anterior lo confirma un estudio de Mckinsey & Company de noviembre de este año, en el que, entre otras cosas, indica que un 58% de CEOs encuestados dice que el tema de los asuntos externos y relaciones con públicos de interés está dentro de sus prioridades.

No se trata de ser creadores de contenido; se trata de elevar la voz para contar, al igual que lo hace la empresa; todo lo que no se da por entendido y que le puede ser útil a la marca. Se trata de que conozcan que quiénes están llevando adelante al negocio tienen el genuino interés de hacer el bien y contribuir con un mayor equilibrio, social, ambiental y económico en beneficio de todos.

Claro está, sin poses ni puestas en escena, sino desde la autenticidad y la genuina preocupación.

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