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Sueños de industria de drones se estrellan contra la realidad

Bloomberg | Lunes 16 enero, 2017


La comercialización masiva llega rápido, incluso cuando un segmento crece velozmente. Bloomberg/La República


En la Feria de la Electrónica de Consumo (CES, por sus siglas en inglés) de Las Vegas la semana pasada, los visitantes pudieron jugar con una serie alucinante de vehículos aéreos no tripulados. Drones que toman selfies. Drones equipados con cámaras de imagen térmica para ver de noche. Drones que ayudan a los pescadores a perseguir su presa.

Ningún uso es un segmento demasiado pequeño para los fabricantes de drones a la caza de un mercado que, según los pronósticos, crecerá un promedio del 32% anual en la próxima década hasta alcanzar $30 mil millones, según ABI Research. No obstante, lejos del recinto del salón de exposiciones, en un mercado anteriormente muy publicitado se ha instalado el frío.

Parrot SA, de Francia, el segundo fabricante de drones no militares, está despidiendo a un tercio de su personal porque los márgenes de sus drones de consumo fueron “insuficientes para producir un crecimiento rentable”.

La afirmación es sorprendente viniendo de una empresa que en 2009 era pionera en materia de drones baratos para el consumidor y que ahora se concentra en los de precios que van de $100 a $500. Probablemente usted los haya visto en las estanterías de las tiendas de Apple Inc. en Estados Unidos y Europa.

Casi un 60% de los ingresos de Parrot proviene de los drones. Hay dos razones que explican los males de Parrot. En primer lugar, la empresa se está apagando bajo el embate competitivo de SZ DJI Technology Co. de China, rey indiscutible de los drones no militares.

También han aparecido docenas de fabricantes de drones producidos en serie en Asia, lo que hizo bajar aún más los precios. Hasta los fabricantes de cámaras como GoPro Inc., con sede en Estados Unidos, probaron suerte, pero pronto descubrieron que el negocio era más difícil de lo que parecía.

El sector está siguiendo un libreto que es conocido para el hardware. La comercialización masiva llega rápido incluso cuando un segmento crece velozmente.

La escala pasa a ser más importante que la marca. Los márgenes de ganancia pueden ser magros: que se lo pregunten, si no, a los fabricantes de televisores de pantalla plana o de teléfonos inteligentes que no sean Apple y Samsung.

Solo que la sacudida está llegando más rápido de lo que esperaban los inversores. Todavía en 2015, los capitalistas riesgo invertían dinero en empresas emergentes. Ahora, son más comunes los despidos que las grandes rondas de captación de fondos.

Zerotech, la empresa china más pequeña, despidió a la cuarta parte de sus trabajadores en diciembre. 3D Robotics Inc., que ocupa el tercer puesto, despidió gente y decidió directamente dejar de fabricar drones el año pasado, mencionando las rebajas de precio de un 70% de DJI. Ahora se dedica a fabricar software para propulsar drones y ofrecer servicios a las compañías.

La mala racha podría no ser algo tan malo. Los drones tienen el potencial de mejorar muchas industrias una vez que se despliegan en el mundo real. Pero para que sean algo más que una moda pasajera, no tiene que haber docenas de fabricantes de drones tecnológicamente avanzados que deleiten a consumidores frikis pero que no mejoren realmente la utilidad y la seguridad de la tecnología.







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