Juegos alegres con el dólar
Arturo Jofré [email protected] | Viernes 14 marzo, 2014
La gente que toma decisiones en este ambiente de la economía nacional está en tinieblas…
Juegos alegres con el dólar
El ciudadano común está en peligro, porque estamos llenos de preguntas y los oráculos de la economía dan una sola respuesta, la más fácil y menos comprometedora, es decir, la más inútil.
Lo único cierto es que la gente que toma decisiones en este ambiente de la economía nacional está en tinieblas, lo que puede provocar que en el fututo no muy lejano el costo de sus decisiones se transforme en la ruina de sus sueños… y de su vida. No será la primera vez que ocurra.
¿Por qué se ha jugado con una banda sobre el tipo de cambio que terminó siendo una trampa sin sentido? La banda no funcionó como tal, la supuesta oferta y demanda del dólar se acostó en el nivel más bajo de dicha banda, mientras crecía sin detenerse su tope superior, hasta alcanzar los 800 colones. En realidad el dólar fluctuó muy poco.
El tipo de cambio recostado en la base de la banda y las bajas tasas de interés incentivaron a los ciudadanos a endeudarse en dólares, con la alcahuetería y beneplácito de los bancos (incluyendo los “públicos”).
Para que el anzuelo fuera más apetitoso subieron los intereses de los préstamos en colones, castigando severamente a los que habían cometido el “error” de endeudarse en esa moneda.
¿Y ahora? Vuelva a pedir crédito en colones porque el dólar va para arriba y nadie tiene idea hasta dónde llegará. Ahora un anzuelo radicalmente distinto: tasa pasiva baja para favorecer el crédito en colones, unos pocos años de interés fijo (para que no suba la cuota si la tasa pasiva vuelve al alza) y el resto de los quince o veinte años vea cómo sobrevive.
Como postre, los bancos públicos más grandes le cargan al comprador de una casa más de doce millones de colones solo por formalizar el crédito, duplicando lo que pide la banca privada. Las grandes esperanzas de don Pepe las ha traicionado la banca pública una y otra vez.
La inflación oficial en estos últimos años ha sido de las más bajas de las últimas décadas, pero factores como el déficit fiscal, la tasa de cambio y otros harán muy difícil sostener esta situación.
Cuando esto ocurra volverán las tempestades para los deudores en colones. Los bancos saben cómo protegerse: a costa del deudor. ¿Y el ciudadano común? Sin comentarios.
La crisis que se dio a partir de 2008 en el ámbito internacional se alimentó de los juegos inmobiliarios, en la irresponsabilidad de los bancos y en la creación de burbujas camufladas en los vaivenes “naturales” del mercado.
Las instituciones que dirigen la política económica, las que supervisan a las instituciones financieras, fallaron estrepitosamente. Esa enseñanza debe aprenderse.
En esta realidad, los deudores dejan de pagar y los bancos empiezan a acumular bienes raíces. El futuro del mercado es incierto, no hay duda, pero los órganos encargados de la política económica deben despejar, con sus decisiones y su transparencia, algunos nubarrones que den cierta confianza a la ciudadanía, no incrementar la incertidumbre.
Arturo Jofré
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