“Es una alegría para mí presentar el país”: Ana María Rodríguez, primera mujer guía de turismo de Costa Rica

Convencer a sus padres de que su hija iba a ingresar a un ambiente que en aquel momento era exclusivo de hombres y manejar una buseta de aquellos tiempos, fueron las cosas más difíciles para Ana María Rodríguez, una mujer que rompió los estereotipos y se convirtió en una referente para muchas otras colegas que la siguieron después.

De profesión bióloga, pero con una vocación por el ecoturismo o turismo naturalista, Rodríguez se convirtió en la primera guía turística de Costa Rica y hoy después de 40 años de dedicarse a lo que más le apasiona, combinó los estudios y el idioma para convertirse en un ejemplo para las mujeres del país.

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En entrevista con LA REPÚBLICA, la primera mujer guía de turismo de Costa Rica nos contó cómo decidió dedicarse a ser la imagen del país para muchos extranjeros que desean conocer las maravillas naturales en todo el territorio nacional.

¿Por qué decidió ingresar en esta profesión, que en aquel momento era exclusiva de hombres?

Siendo estudiante yo escuché a dos profesores hombres conversando del trabajo que hacían guiando, no eran certificados, en aquel tiempo contactaban a alguien que hablara inglés y que conociera de temas específicos, uno era de reptiles y el otro de manglares; yo los escuché y le pregunté a uno de ellos, me contó y me dijo, yo pienso que a usted le gustaría, porque domina el inglés y le encanta la naturaleza. Para mí, estar en el bosque y ganarme un dinero, hacer un modo de vida a partir de eso, era una maravilla; así fue como empecé desde la universidad.

¿Qué fue lo más difícil al inicio?

Lo más difícil fue que me daban una microbús grande y había que manejar, hacer el tour y en aquel tiempo tampoco había muchas mujeres manejando ese tipo de transporte, era un reto bastante grande; además había que estar pendiente del vehículo y que todo le funcionara bien.

También convencer a mis padres de que era un buen trabajo para mí, porque mi papá me decía que una mujer decente no dormía fuera de la casa y como había que salir y quedarse en los hoteles, a ellos no les sonaba para nada.

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¿En algún momento dudó si ser guía era lo correcto?

No, una vez que yo empecé me sentía muy bien, porque podía trabajar, y alguno de los grupos de turistas que tuve eran biólogos, con algunas de las primeras agencias que trabajé, ellos venían a realizar proyectos, entonces, poder participar de esos proyectos y conocer científicos reconocidos fue muy bueno, era mi realización personal, uno debe hacer lo que les gusta.

¿Considera que su ejemplo impulsó a otras mujeres a ser guías turísticas?

Yo creo que sí, algunas veces llegaron muchachas que eran como edecanes, que llevaban a algunos grupos de turismo, pedían permiso para ir conmigo al tour y les encantaba, y después querían trabajar como guía.

Le puedo contar que he entrenado una gran cantidad de compañeras y también de compañeros, que finalmente en la actualidad siguen trabajando, que fueron pupilos de uno, así que yo pienso que sí.

¿Es más difícil para una mujer o para un hombre acomodarse al ritmo de trabajo de giras de varios días con grupos de turistas?

En el aspecto de casa de familia, hay una gran diferencia entre hombres y mujeres, porque mis compañeros alistan su equipaje y se van, pero en el caso de las que somos mujeres no, hay que dejar muchas cosas listas para la familia, veo las que tienen niños pequeños, organizar que a los hijos les queden las cosas listas, es mucho detalle lo que hay que organizar en la casa para poder irse tranquila a trabajar, así que pienso que tiene un gran mérito de mis compañeras, las que tienen familia.