Demasiados candidatos
Arturo Jofré [email protected] | Viernes 09 agosto, 2013
Podemos equivocarnos una o más veces, pero no le echemos la culpa a los candidatos si los que elegimos somos nosotros
Demasiados candidatos
¿Por qué tanta gente cree que tiene todos los atributos necesarios para resolver los problemas del país? Más de una decena de candidatos a la presidencia es demasiado. Porque los problemas no son pocos ni simples, además de los nudos gordianos que hemos creado. Pero no, mientras las cosas se ponen más feas, ahí aparecen por todos lados los candidatos. Todo tiene su explicación, esto también.
La primera explicación y por el bien del país ojalá sea la única, es que en realidad ninguno quiere ser presidente. La ley les abrió un portillo para aspirar con más probabilidades a la Asamblea Legislativa y transformarse en un derrotado presidenciable y un victorioso diputado. Un empate perfecto. Al ser candidatos a la presidencia tendrán más exposición pública, lucharán para que los inviten a todos los foros y tal vez alcancen votos suficientes para servirse una parte del pastel de la deuda política.
La segunda razón es que piensan que los ciudadanos, los que votamos, no le estamos apuntando a nada… en una de esas hasta el más desconocido puede ser el premiado. Y los que están en esta categoría tienen en gran parte razón.
La tercera es que realmente piensen que están preparados para gobernar el país. ¿Por qué no? Es cuestión de tener claro el diagnóstico nacional, para lo cual hay que estudiar los informes del Estado de la Nación y ofrecer soluciones a cada uno de los problemas… y punto.
Que hay que salvar a la Caja porque la tienen casi destruida, que hay que disminuir la pobreza porque Costa Rica es el único país del continente que en las últimas dos décadas no avanza en este campo, que hay que modernizar la infraestructura del país, que hay que mejorar sustancialmente la educación porque es la base del desarrollo, que… todo lo que quiera. Después, ya se verá. Tal vez la ingobernabilidad sirva para tapar todo lo que no se hace.
Hay demasiados candidatos y muchas explicaciones, hay demasiados partidos y muchas decepciones, qué tremendo ejercicio cívico está a la vista. El no votar es la peor alternativa, a fin de cuentas la democracia, con todos sus defectos, es un tesoro que muchos quisieran. Podemos equivocarnos una o más veces, pero no les echemos la culpa a los candidatos si los que elegimos somos nosotros.
El mayor temor que siento en épocas de desencanto colectivo es que tiremos la bola para donde caiga, o no la tiremos del todo. En tiempos de desencanto aparecen los salvadores por todos lados… y eso sí es preocupante. Como decía Sófocles en la vieja Grecia, el pasado es el prólogo del futuro. Ahí está, qué hizo usted señor(a) candidato en sus posiciones anteriores, cuáles han sido sus aportes, sus logros, su ética. No me interesa lo que no hizo, dígame lo que ha hecho.
Cada elección es una oportunidad real, es la más importante de las oportunidades colectivas. A fin de cuentas así se ha ido construyendo la Costa Rica admirada por sus logros, solo que hay tiempos en que hay que poner más atención porque nada es eterno.
Arturo Jofré
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