Vladimir Quesada analizó otro clásico

Terminado el partido entre Alajuelense y Comunicaciones de Guatemala, con el triunfo de los manudos 2-1, el técnico Alexandre Guimaraes se presentó a la conferencia de prensa y un estimado colega le hizo esta pregunta.

“Profe”: ¿con esta victoria lograda en los últimos minutos y después de darle vuelta al marcador, la Liga llega motivada al clásico frente al Saprissa?

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Suponemos que el apreciado periodista, esperaba una respuesta de don Alexandre, más o menos así: “pues viera que no, este triunfo frente al Comunicaciones y el hecho de ganar todos los partidos de nuestro grupo, no nos motivan absolutamente para nada previo a enfrentar al Saprissa. La pura verdad, se lo confieso, hubiera preferido perder el partido. La derrota nos hubiese motivado más”.

En otra conferencia de prensa, el pasado domingo, terminado el juego entre Alajuelense y Saprissa, el técnico morado Vladimir Quesada, fue contundente en afirmar que su equipo debió ganar el partido.

Nunca dijo: “pudimos ganar el partido o al menos salir satisfecho con el empate”. Agradeció el esfuerzo de sus jugadores, no se lamentó de las ausencias por lesiones y suspensiones, alabó al rival, pero fue claro en que Saprissa debió ganar el clásico.

Nos quedamos esperando la pregunta lógica de alguno de los colegas presentes, para que el “profe Quesada”, explicará porqué Saprissa debió ganar el partido.

¿Cómo se debe ganar un partido con tres remates directos a marco?

¿Si el portero del Saprissa, Esteban Alvarado, fue elegido el mejor jugador del partido por sus excelentes, determinantes y salvadoras intervenciones, ese detalle no da a entender al menos de que Alajuelense jugó mejor que Saprissa?

Y conste que no decimos qué la Liga mereció ganar el clásico, porque los partidos no se ganan por méritos sino por goles, y cada equipo anotó uno.

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Lo que no calza, después de lo visto en el clásico, son las manifestaciones de don Vladimir. Su equipo abrió la cuenta y cerró filas atrás a sostener la mínima ventaja.

Cedió la posesión de la pelota y el dominio del juego a su rival. El León atacó más, jugó mejor, pero pegó con cerca (Esteban Alvarado). Si el técnico del Monstruo aseguró que Saprissa debió ganar el partido, pues observó otro.

Ahora: el gran vencedor del clásico fue el árbitro Keylor Herrera. ¡Qué arbitraje más completo y excelente! Cero errores. Felicitaciones.

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