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Megapuerto: Cómo aprovechar las marcas mundialmente famosas

Redacción La República [email protected] | Miércoles 09 abril, 2014


Maersk actualmente recibe los primeros barcos Clase Triple-E, los más grandes del mundo, que pueden llevar 18 mil contenedores, mientras reducen en un 50% la emisión del dióxido de carbono.


Análisis editorial

Mañana: Tres maneras de conseguir un nuevo puerto en Limón

Megapuerto: Cómo aprovechar las marcas mundialmente famosas

Ayer: Nuevo puerto enfrenta un mar agitado



Resumen ejecutivo
Costa Rica tiene una oportunidad única.
APM, el operador portuario más grande del mundo, quiere una terminal de contenedores en Limón.
APM es una división de Maersk, la naviera más grande del mundo.
Al colaborar con las empresas más conocidas del mundo, podemos transformar la ciudad más pobre de Costa Rica, mientras generamos importantes beneficios para el resto del país.

Costa Rica tiene una oportunidad única.

Podemos estar aliados a la vez con APM, el operador portuario más grande del mundo, y Maersk la naviera más grande.
Maersk es la dueña de APM.
Juntas, las dos compañías pueden transformar Limón, mientras generan riqueza para el resto del país.
La estrategia de APM y Maersk, sería la de convertir a Costa Rica en un centro de transporte marítimo en el Caribe.
Una terminal de APM sería el único puerto de aguas profundas de ese mar, entre Colombia y México.
El nuevo puerto tendría un calado de por lo menos 18 metros.
Ningún otro puerto en el Caribe centroamericano tiene un calado de más de 14 metros.
Con una terminal de contenedores de aguas profundas en Limón, APM podría recibir los grandes barcos de todo el mundo, y transferir la carga a los pequeños buques, que sirven Panamá, Honduras, Guatemala y México, cobrando una tarifa para cada transferencia.
Otra división de Maersk está en el negocio de gas y petróleo.
Costa Rica puede en algún momento estar interesado en explorar esos recursos en la parte noreste del país, o en las aguas territoriales.
Pero aunque eso nunca sucediera, Maersk podría establecer un centro en Limón, que venda los servicios de exploración y explotación a varios países de la región, como Guatemala, Nicaragua y Colombia, que están interesados en la explotación de estos combustibles.
Otra ventaja de una alianza con APM y Maersk, es que sus conexiones ayudarían a promover el turismo en Limón.
APM cuenta con operaciones portuarias en todos los continentes, excepto Australia y la Antártida.
Maersk por su parte está bien conectada con las empresas de cruceros.
La matriz de APM cuenta con una flota de 600 barcos, que navegan cada océano.
Para los limonenses, la nueva terminal significaría nuevos empleos en varios sectores, incluidos transporte, salud, educación y apoyo técnico.
Mientras tanto, el resto del país se beneficiaría de un puerto moderno, que maneja de forma eficiente nuestras importaciones y exportaciones.
Además, el Gobierno recibiría decenas de millones de dólares anuales de APM, a través de una combinación de los impuestos corporativos y de dividendos.
El problema es que el plan de APM enfrenta una seria oposición, sobre todo del sindicato de los trabajadores portuarios de Limón, que el mes pasado pidió a un tribunal rechazar el contrato de la terminal, con el argumento de que se trata de un monopolio ilegal, que mataría cientos de puestos de trabajo.
Varios ambientalistas por su parte aseguran que la terminal propuesta dañaría los arrecifes de coral.
Sin embargo, con el enfoque correcto, podemos tomar ventaja de esta oportunidad única.

Redacción
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