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Miércoles, 18 de diciembre de 2024



FORO DE LECTORES


¿Hasta dónde llegaríamos por nuestros niños?

Eric Scharf [email protected] | Sábado 09 septiembre, 2023


Eric Sharf


¿Se imagina un mundo en el que los niños pudieran autogobernarse, sin imposiciones de los adultos? ¿Un mundo en el que los niños pudieran tomar decisiones sobre su actuar y devenir? ¿Un mundo de niños emancipados, en el que pudieran defender sus derechos frente a los adultos?

Pues bien, ideas como esas han sido promovidas por diversos pensadores. Uno de esos fue Janusz Korczak, un judío nacido en 1878 en Varsovia, médico pediatra, pedagogo, escritor y activista social. Destacó por su gran liderazgo en la lucha por los derechos de los niños y su dedicación incondicional para lograr su felicidad. ¿Hasta dónde estuvo dispuesto a llegar?

Korczak consideraba que los niños deben tener, en lo posible, una infancia libre de preocupaciones, pero no así libre de obligaciones. Decía que los niños deben experimentar emocionalmente todos los eventos de su vida, aprender de ellos, sacar sus propias conclusiones y hasta prevenir las posibles consecuencias. El proceso educativo de los niños, promovía Korczak, debe estar basado en su autonomía.

En ese ámbito de autonomía, los niños deben poder expresar sus opiniones, pero también escuchar la de los otros con quienes interactúen. Por eso, el proceso pedagógico infantil que exponía Korczak se basaba en los principios de la democracia que, según Korczak, les corresponden por igual a niños y adultos. En ese sentido, reflexionaba, “el niño razona y entiende del mismo modo que un adulto: tan sólo carece de su bagaje de experiencias”.

Korczak se oponía a todo tipo de imposición o violencia contra los niños, física o verbal, fundamentada en la tal superioridad de los adultos por el solo hecho de ser mayores. Todavía más, aseveraba que los niños son seres humanos igual que los adultos, lo cual resumía de la siguiente manera: “No es correcto decir que los niños llegarán a ser personas. Ya son personas ... Son personas cuyas almas contienen la semilla de todas las ideas y emociones que poseemos. Hay que orientar con delicadeza el crecimiento de esas semillas”.

Pero Korczak no se quedó en teorías y pensamientos, sino que fue más allá. También demostró, con sus acciones, su liderazgo en la promoción de los derechos de los niños. En 1909 ingresó a la asociación Pomoc dla Sierot (Ayuda para los Huérfanos). Fue además un pediatra dedicado intensamente a sus pacientes y muy reconocido por eso en la sociedad polaca.

En 1912 fundó su propio orfanato en Varsovia llamado Dom Sierot (Hogar para los Huérfanos), del que fue su director durante 30 años. En el orfanato puso en práctica los principios de autonomía que proponía. Proveyó a los niños internos de un sistema de autogobierno y hasta la oportunidad de producir su propio periódico.

En 1940, con ocasión del Holocausto, 350.000 judíos fueron obligados a vivir en el gueto de Varsovia. El orfanato también fue trasladado al gueto y Korczak, a pesar de que pudo haber escapado, decidió confinarse también en el gueto para no abandonar a los niños. Korczak mantuvo la operación del orfanato, no obstante el hacinamiento y las grandes limitaciones impuestas por los nazis.

Pero Korczak estuvo dispuesto a ir aún más allá por los niños. Su entrega total la demostró durante la “Gran Deportación” del gueto de Varsovia en 1942, en la que los nazis empezaron a despachar masivamente a los judíos a los campos de exterminio. A pesar de que pudo haberse escondido para tratar de salvarse, Korczak decidió por segunda vez no desamparar a los más de 200 niños del orfanato y, en su lugar, los acompañó al punto de deportación. Ese día, Korczak lideró el “desfile de sus niños” a la plaza Umschlagplatz, de donde partían los transportes hacia los campos de aniquilación.

Janusz Korczak y “sus niños” fueron asesinados en 1942 en el campo de exterminio de Treblinka.

Renunció a su vida por sus convicciones. ¿Estaríamos dispuestos nosotros, como Korczak, a llegar a ese nivel de altruismo y abnegación para nunca abandonar a nuestros niños?







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